Los contratos de protección violan el Convenio núm.87 de la OIT, según se escribe en la nueva queja contra México presentada por la FITIM.
La Federación Internacional de Trabajadores de las Industrias Metalúrgicas (FITIM) ha presentado una queja sin precedentes contra el Gobierno mexicano a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en Suiza.
Según la ley mexicana, la mayoría de los convenios colectivos consisten en los denominados "contratos de protección", que obligan a los trabajadores a unirse a sindicatos designados por la dirección de las empresas, en vez de uno de su propia elección.
En la práctica, de acuerdo con las leyes, sólo pueden operar en México sindicatos que tengan el apoyo de las compañías y del Gobierno. La ley mexicana tampoco exige ninguna estructura democrática, como las votaciones secetas, en relación con los contratos de protección, que pueden crearse sin el conocimiento de los empleados.
"En la queja de la FITIM se insta a la OIT a que condene la sistemática violación de la libertad sindical, que pida a México que incorpore debidamente el Convenio núm. 87 de la OIT en la legislaciòn nacional y que fomente las estructuras democráticas en las relaciones de trabajo de ese país", dijo el presidente de la FITIM, Jürgen Peters.
El secretario general de la FITIM, Marcello Malentacchi, afirmó que los contratos de protección se utilizan en muchos países para impedir que los sindicatos y los trabajadores se movilicen para conseguir mejores derechos y condiciones.
"La presión generada por la acción oficial de la OIT enviará el importante mensaje a los gobiernos y las compañías del mundo de que los contratos de protección no pueden utilizarse para privar a los trabajadores de sus derechos a organizarse libremente", dijo el Sr. Malentacchi.
El Sr. Peters concluyó diciendo: "Sr. Tapiola, esperamos que,al juzgar el significado de esta queja, la OIT coincida con nuestra opinión, y que se entable un debate detallado, es de esperar que sin demora, y se adopte una clara posición, de modo que en el futuro, tanto en México como en otros países, la libertad sindical no exista sólo en teoría, sino también en la práctica.
La Federación Internacional de Trabajadores de las Industrias Metalúrgicas (FITIM) ha presentado una queja sin precedentes contra el Gobierno mexicano a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en Suiza.
Según la ley mexicana, la mayoría de los convenios colectivos consisten en los denominados "contratos de protección", que obligan a los trabajadores a unirse a sindicatos designados por la dirección de las empresas, en vez de uno de su propia elección.
En la práctica, de acuerdo con las leyes, sólo pueden operar en México sindicatos que tengan el apoyo de las compañías y del Gobierno. La ley mexicana tampoco exige ninguna estructura democrática, como las votaciones secetas, en relación con los contratos de protección, que pueden crearse sin el conocimiento de los empleados.
"En la queja de la FITIM se insta a la OIT a que condene la sistemática violación de la libertad sindical, que pida a México que incorpore debidamente el Convenio núm. 87 de la OIT en la legislaciòn nacional y que fomente las estructuras democráticas en las relaciones de trabajo de ese país", dijo el presidente de la FITIM, Jürgen Peters.
El secretario general de la FITIM, Marcello Malentacchi, afirmó que los contratos de protección se utilizan en muchos países para impedir que los sindicatos y los trabajadores se movilicen para conseguir mejores derechos y condiciones.
"La presión generada por la acción oficial de la OIT enviará el importante mensaje a los gobiernos y las compañías del mundo de que los contratos de protección no pueden utilizarse para privar a los trabajadores de sus derechos a organizarse libremente", dijo el Sr. Malentacchi.
El Sr. Peters concluyó diciendo: "Sr. Tapiola, esperamos que,al juzgar el significado de esta queja, la OIT coincida con nuestra opinión, y que se entable un debate detallado, es de esperar que sin demora, y se adopte una clara posición, de modo que en el futuro, tanto en México como en otros países, la libertad sindical no exista sólo en teoría, sino también en la práctica.
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